jueves, 6 de mayo de 2010

Nacimiento, ascensión y caída de nuestras ciudades

En nuestras ciudades mueren hombres por el desplome del andamiaje que hizo posible que se desarrollaran y se pudiera vivir en ellas. Todo lo que nos rodea, aún en pie o ya en escombros, fue en origen una decisión que arraigó en un punto para materializarse. ¿Dónde levantar el edificio? No es lo mismo un sitio que otro.


Es propio del hombre basar sus decisiones en el punto crítico, lo que es como decir que todo acierto humano se nutre de la pulsión de muerte, si me permitís que lo diga y lo ponga en negrita como zahorí que con palito bimegisto oscurece aquello que busca para alumbrarse y encontrarlo.

El descrédito a los bancos se ha generalizado, las revueltas se suceden y se sucederán, y ya no se cabe en las calles. ¿Cómo empezamos a vivir así?
No fue aquí:


Sino antes:

Este matrimoño tomó una decisión. No quiero decir que supieran, al elegir, que de ella saldrían las grandes avenidas, la educación universitaria para todos, los carniceros del centro de Francia para que Léon Bloy y Claude Chabrol se metieran con ellos, las ediciones de bolsillo, las reproducciones de su retrato colgadas en multitud de comedores de Ikea, la moral esclava o las genealogías de la moral, las jaulas para un solo canario audible desde la portería por los cinco pisos, los asesinos de Modigliani, la vuelta a Europa en cinco días, los 28.000 vuelos cancelados, el reciclaje, todos los bmws que nos adelantan en la carretera de La Coruña, la propaganda electoral en el buzón, la exposición del Santo Sudario, la prohibición del botellón, el chino que te vende una botella de whisky a las once y media sin un gesto cómplice, todo lo que veáis vosotros, yo qué sé.
La decisión que tomaron estos señores fue suscitada por el siguiente palíndromo:
¡ORA! ¡VALOR! ... ¿O ROL AVARO?
¡Ora! ¡Valor! era lo que se recomendaban unos a otros los caballeros templarios. Rezo y arrojo, y con entusiasmo se daban ánimos unos a otros. Pero demasiado entusiasmo y demasiada sangría acaban enervando un poco, y hete aquí que un pepito grillo más dorado nos sugiere en la oreja un nuevo papel en la vida. ¿Por qué no nos dejamos de viajes y nos dedicamos a amasar dinero, que nos gastaremos en grandes avenidas, educación para todos...?