Según Jonathan Swift, a un genio se lo reconoce porque todos los necios se conjuran contra él. Si en España el grado cero de las relaciones entre las personas es la quijada de burro, no es de extrañar que cuando se monta la excepcionalidad de una conjura se tienda más al clásico (clásicos para lo que nos interesa) ostracismo. Esta tiene todas las trazas de ser una ley trágica, contra la que nada se puede hacer (o más bien, que todo lo que se haga contra ella en realidad la favorece).
Al hecho de que la anterior sea una ley inapelable (y el que apele que apechugue) achaco el asombroso y desidioso olvido al que se tiene arrojado a Juan B. Bergua, para mí la persona que más ha hecho por España en el siglo XX, al traducir (¡él mismo!), anotar (¡uno por uno!) y publicar (con amor diferenciado) las obras más importantes de la literatura universal. O sea, de la literatura. Por eso resulta tan doloroso este error que no alcanza uno a explicarse.
Afortunadamente, sus herederos perpetúan su labor con nuevos medios. Me siento agradecidísma.
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En honor a la verdad que tanto amaba nuestro querido Bergua, hay que decir que encontramos a algunos que le mandan un recuerdo o un extravagante homenaje, y un puñadito de menciones.
Y también en honor a esa verdad me siento en la obligación de enmendar en un asunto la plana y añadir que, se siente, según ha llegado a mis oídos por vía de otros editores tan meritorios, en esa época, la mujer más guapa de Madrid era mi bisabuela Cecilia G.
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En mi adolescencia yo tuve, procedentes de aquella librería de San Bernardo que cada día me tentaba al regresar a casa desde el Instituto Cardenal Cisneros, EL BARDO THODOL/EL LIBRO DE LOS MUERTOS, EL CORAN y EL ORIGEN DE LAS ESPECIES. Sólo acabé la lectura del tercero y me pregunto qué fue de los otros dos (tengo un apartado en mi metódico caos de estanterías para metafísica y religiones -en el estante de arriba duermen los vinilos USA- y lo mismo me encuentro con los volúmenes desaparecidos -hay libros que, desde la mudanza primigenia a este mi cuchitril en el 94, no he vuelto a hojear y ni siquiera sé si los tengo aquí o quedaron en Viriato-).
ResponderEliminarAaaaah, y éste también lo tuve. Ahí fue donde descubrí a Bécquer, a Machado (Manuel -al hermano me lo descubrió Serrat-) y a Rubén Darío (de quien llegué a musicar la SONATINA con aires gimnopédicos -a ver si con LRCH o para algún experimento poético lobunense la recupero: recuerdo que no sonaba mal-).
ResponderEliminarBonito cuadro. A mí se me pasó el día, a ver ahora cómo expío. Mazal tov.
ResponderEliminarPor cierto -y no quiero hurgar en la herida-, ¿sabes la última de Leonard? Cabrear a los idiotas palestinos:
ResponderEliminarhttp://tinyurl.com/y8wjzvj
Y pensaba que no me podía caer mejor...
Si señor.
ResponderEliminarTan meritorios y "Cacho" castizos.
Como tener todo al retortero.
Muy cierto. Editores tan meritorios y "Cacho" castizos.
ResponderEliminarY me despido de usted que tengo todo al retortero
Cohen, como EJ, está por encima de banderías y por eso es un icono shadowliner
ResponderEliminarSu absoluto es el zen, no Sión (obviamente, en ese caso no habría tenido la menor intención de actuar para los "idiotas" de Ramala). Cree que es posible la paz desde el respeto al adversario (no la paz de los cementerios ni la de los bantustanes/casinos indios tolerados por un "generoso" apartheid): yo, más cerca de Sorel en esto, soy más escéptico, pero respeto a Cohen como hombre de principios y uno de los sujetos más profundamente honestos (como Jünger) que ha dado el pasado siglo. Y, además, disfruto como un enano escuchándolo, tanto como leyendo a EJ.
Quien prefiera reducir a LC (como otros hacen con EJ -bien desde el insulto o el ditirambo, en ambos casos calumniosos por parciales-) a mera arma propagandística desde las anteojeras correspondientes, allá él. Yo me quedo con TODO COHEN. Sin filtro.
Pues yo tengo (esto va de eso, ¿no?, de reunir firmas para que resuciten a Bergua) el volumen de las Leyes de Platón y Epínomis que, desde el lunes, todo el mundo tiene clarísimo que no es de Platón, sino de un alumno aventajado (y, seguramente, también avejentado). No creo que ninguna obra (a no ser que esté prologada por el propio Bergua) contenga una introducción más divertida y más delirante.
ResponderEliminarAvatar fugaz el anterior. ¿Este señor de la chapela quién es? Me suena pero...
ResponderEliminarEl cuadro anterior representaba una celebración del Yom Kipur, que ha sido entre el domingo y el lunes. Felicito a J, que me felicitó. No sé si habremos expiado algo, o habrá que esperar hasta el año que viene.
ResponderEliminarEste tipo es Giuseppe Ungaretti, el que escribió el famoso poema
M'illumino d'immenso
Aquí habla con Pasolini.
La lista que propone Fedro queda entonces así:
ResponderEliminarEL BARDO THODOL/EL LIBRO DE LOS MUERTOS, EL CORAN y EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
Las mil mejores poesías de la lengua castellana
Leyes
Epínomis
Me permito recomendar el Arco Iris Literario y el Cometa Literario, que son de cuentos de Bergua, literatura heterodoxa donde las haya.
Efectivamente, Cohen "cree que es posible la paz desde el respeto al adversario". Por eso los idiotas, que no creen ni en la paz ni en el respeto al adversario, le vetan. Que es exactamente lo que quería decir. Pero eso es la historia de Palestina, tampoco hay que insistir.
ResponderEliminarYo también me quedo con todo Cohen. También, claro, con el que sintió la necesidad de ir a defender Israel en el 73, "I'm a soldier" y tal, el de las loas al general Sharon. Porque una cosa es respetar al adversario y otra abrirle la puerta al enemigo.
Esta de regalo para Especies:
ResponderEliminarhttp://tinyurl.com/yccpbt6
Aquí parece comentarse con bastante multidimensionalidad los lazos entre LC y el conflicto de Oriente Próximo. Insisto: todo Cohen. Sin filtro.
ResponderEliminarJe vous en remercie bien, J.
ResponderEliminarQué raro soy.
ResponderEliminar¡Y anda que vosotros!
No sé que será.
Suspiro.
Ya ni bebo.
No puedo.
Hoy fumaré un enorme cigarro verde.
Escribo "Defensa erótica del alma".
¡Anda que no queda pelea!
Lo mejor del trabajo es el paseo de ida en vuelta.
A la jefa, me he negado a ser sociable.
Y ella lo ha aceptado.
Dice que soy raro, muy raro.
Y que 2% de la población debe ser como yo.
Como me lleva la fuerza del río, de momento no sigo con mi visión Pentateuco; espero agarrarme pronto a un tronco, y seguir. O llegar a la España, que significa orilla en vasco.
Ah, mi padre dice que van a matarme. También decía que terminaría volando catedrales y follando viejas por dinero.
Menos mal que encontré a ese 2%...
Como le dije a Gonzalo respecto a cierto emilio que envió a toda la tropa (lo prefiero a "troupe", suena más espartano), ese comment, Jaime, en sí mismo es un poema. Con ese toque poundiano (lo mismo le dije a G) del didactismo y la intrahistoria.
ResponderEliminarAprender deleitándose, entre dolor y dolor (alusión a tu entrada esta ).