Me acaba de aparecer en el celebro, después de una conversación con una amiga y después de haber leído hace dos días en Jung que si hemos caído precisamente en ese pozo tenemos que aprender a bucear para encontrar el tesoro.
Pero me daba un poco de miedo parecer Paolo Coelho.
No conozco al señor Cuello (bueno, a Claudio, pero no a don Paolo) pero esa nueva cosa telepática de mentar tú a CGJ y yo pensar en la sincronicidad al leer la entrada me maravilla por su redundancia resincrónica (esto último dicho con énfasis daliniano gana más).
Siempre creí una excusa de Platon y Agustin el mito. Si no me atrevo a firmar la idea, digo que la encontré ( o que me la revelaron) Que hermoso es tu verbo, y que tuyo y no encontrado, revelado, o soñado parece, tan corto y florecido, tan generoso.
En realidad tiene que ver con una cosa que le he leído a Jünger, que dice más o menos que encontrar un trébol de cuatro hojas no es que nos dé suerte, sino que es un síntoma de que la tenemos (o de que estamos atentos a tenerla).
Magnífico. ¿Tuyo?
ResponderEliminarMe acaba de aparecer en el celebro, después de una conversación con una amiga y después de haber leído hace dos días en Jung que si hemos caído precisamente en ese pozo tenemos que aprender a bucear para encontrar el tesoro.
ResponderEliminarPero me daba un poco de miedo parecer Paolo Coelho.
No conozco al señor Cuello (bueno, a Claudio, pero no a don Paolo) pero esa nueva cosa telepática de mentar tú a CGJ y yo pensar en la sincronicidad al leer la entrada me maravilla por su redundancia resincrónica (esto último dicho con énfasis daliniano gana más).
ResponderEliminarHermosa playa la de aquí al lao.
ResponderEliminarSiempre creí una excusa de Platon y Agustin el mito. Si no me atrevo a firmar la idea, digo que la encontré ( o que me la revelaron)
ResponderEliminarQue hermoso es tu verbo, y que tuyo y no encontrado, revelado, o soñado parece, tan corto y florecido, tan generoso.
Gracias, querida muchedumbre, por sus palabras de madrugada.
ResponderEliminarEn realidad tiene que ver con una cosa que le he leído a Jünger, que dice más o menos que encontrar un trébol de cuatro hojas no es que nos dé suerte, sino que es un síntoma de que la tenemos (o de que estamos atentos a tenerla).
ResponderEliminar