El corderillo salta delante de los complicados y ausentes seres que tiene delante como un niño pequeño se esfuerza en hacer gracias para que sus padres, preocupados por algo, salgan de sus cavilaciones.
¿Son el leon y la criátide sin entablamento los padres del corderillo? ¿Andará tal ser procurando la adopción? ¿Será en el futuro un "leonero" o un "cordeón" Nunca tenemos tiempo de asistir al final de las historias que más nos interesan. Mientras tanto, el infante deberá enseñar su patita por debajo de la puerta y ser reconocido antes de que tal miembro se le transforme en zarpa lobuna, o más bien "leonuna"
No creo que sean sus verdaderos padres, aunque no lo sé.
Pero que se apresure el infante, sí, no vaya a ser que esta vez sí tengamos tiempo de comprobar cómo sus padres no lo reconocen, por tanto como ha crecido. Y si no que diga "Abrid la puerta, soy vuestro hijo".
El cuadro tiene su morbo y aún más con tu comentario al pie.
Hablando de imágenes morbosas, veo que has cambiado de avatar, pasando del estudio fotográfico de Lewis Carroll a este paisaje agreste de dama con perro, muy vandervogel, que acaba resultando, tras su primera apariencia de lozanía, más inquietante que la anterior chinoisserie.
Si te pasas el lunes por el criadero de arapaimas de Gonzalo, llevaré libros. Tengo ya ganas de pasároslos a ti y a Guiller. Ver esa foto me ha traído asociaciones con uno de los libros (LA CANCION DEL AMOR -sus partes más esotéricas y graálicas-).
Acabo de encontrar un enlace sobre un libro que me imagino (sólo sea por el título) glosado en este blog (bueno, y doble página en EL DODO). Y encima es de poemas.
Claro, LEPIDOSIREN por un lado y AS, nuestra chica de hoy, por otro.
Y de ese libro con ese titulazo no tenía noticia hasta ahora. Ay, no me dará tiempo a leer todo a no ser que la gripe aviar esta me postre en la cama con lentes de ojos llorosos.
Odio los chats. Siempre que me he asomado al hombro de alguien que chateaba, lo que leía me parecía el paradigma de la estulticia, tanto en fondo como en la forma esa abreviada que gustan de usar. Por eso me fascina descubrir cómo esta tarde tres piellobinos estamos inventando el antichat, tanto en fondo (cosas dignas de ser guardadas en el arca de las meninges -donde el buen paño de las palabras mejor se vende-) como en forma (a través de blogs con moderación de comentarios).
Aunque no va de corderillos sí va de leones y de muchísimo amor...y estamos tan necesitados...
ResponderEliminarhttp://es.youtube.com/watch?v=fpMQlRdM4uY&feature=related
"El león y la gacela yacerán juntos.
ResponderEliminarPero uno de los dos no dormirá muy bien."
Bueno, muy encantador Christian the lion. Lo encantador que es no se ve empañado por la música del vídeo. "¡Hasta les presentó a su esposa!"
ResponderEliminarEste también mola:
http://www.olgui.com/archivos/historias/romeo_el_pelica.php
http://www.dailymail.co.uk/news/article-421237/On-wings-love--Romeo-pelican-nursed-health.html
Todo eso mola un huevaco. Ahí va mi aportación:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=9HlL3dmBJfA
Gracias, Seleucus. Godzilla sí que es un ser complicado, pero nada ausente.
ResponderEliminar¿Son el leon y la criátide sin entablamento los padres del corderillo?
ResponderEliminar¿Andará tal ser procurando la adopción?
¿Será en el futuro un "leonero" o un "cordeón"
Nunca tenemos tiempo de asistir al final de las historias que más nos interesan.
Mientras tanto, el infante deberá enseñar su patita por debajo de la puerta y ser reconocido antes de que tal miembro se le transforme en zarpa lobuna, o más bien "leonuna"
¡Anthisio!
ResponderEliminarNo creo que sean sus verdaderos padres, aunque no lo sé.
Pero que se apresure el infante, sí, no vaya a ser que esta vez sí tengamos tiempo de comprobar cómo sus padres no lo reconocen, por tanto como ha crecido. Y si no que diga "Abrid la puerta, soy vuestro hijo".
(Cuando le pidan "Enseña la zarpita".)
ResponderEliminarEl cuadro tiene su morbo y aún más con tu comentario al pie.
ResponderEliminarHablando de imágenes morbosas, veo que has cambiado de avatar, pasando del estudio fotográfico de Lewis Carroll a este paisaje agreste de dama con perro, muy vandervogel, que acaba resultando, tras su primera apariencia de lozanía, más inquietante que la anterior chinoisserie.
Sí, el cuadro lo gana todo con el corderito medio extemporáneo.
ResponderEliminarLa imagen nueva (la suelo cambiar cada pocos días) es una foto de Annemarie Schwarzenbach, qué rostro fascinante.
Si te pasas el lunes por el criadero de arapaimas de Gonzalo, llevaré libros. Tengo ya ganas de pasároslos a ti y a Guiller. Ver esa foto me ha traído asociaciones con uno de los libros (LA CANCION DEL AMOR -sus partes más esotéricas y graálicas-).
ResponderEliminarSí, pensaba pasarme. Qué bien, espero los libros.
ResponderEliminarNo sabía qué eran ¿los? ¿las? arapaimas, ya lo he encontrado.
Tengo mil sinónimos más para la guardería de lepidosirenas (qué sexy suena, qué poca justicia le hace el bicho en cuestión) de Gonzalo.
ResponderEliminarY Google imágenes no arroja mucha luz sobre el particular...
ResponderEliminarAcabo de encontrar un enlace sobre un libro que me imagino (sólo sea por el título) glosado en este blog (bueno, y doble página en EL DODO). Y encima es de poemas.
ResponderEliminarhttp://tinyurl.com/nytppg
Pon lepidosiren y te salen imágenes a porrillo. La lingua franca, ya sabes...
ResponderEliminarClaro, LEPIDOSIREN por un lado y AS, nuestra chica de hoy, por otro.
ResponderEliminarY de ese libro con ese titulazo no tenía noticia hasta ahora. Ay, no me dará tiempo a leer todo a no ser que la gripe aviar esta me postre en la cama con lentes de ojos llorosos.
LENTES DE OJOS LLOROSOS, qué bonito título para un lp o incluso como nombre para un grupo.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Parece una canción de Corcobado.
ResponderEliminarQué conversación, por cierto, simultánea a sí misma.
ResponderEliminarOdio los chats. Siempre que me he asomado al hombro de alguien que chateaba, lo que leía me parecía el paradigma de la estulticia, tanto en fondo como en la forma esa abreviada que gustan de usar. Por eso me fascina descubrir cómo esta tarde tres piellobinos estamos inventando el antichat, tanto en fondo (cosas dignas de ser guardadas en el arca de las meninges -donde el buen paño de las palabras mejor se vende-) como en forma (a través de blogs con moderación de comentarios).
ResponderEliminarTiene gracia lo de la moderación, sí. Me voy a desmoderarme en la barra de un bareto, hasta pronto.
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