miércoles, 24 de junio de 2009

Lágrimas de cocodrilo



Durante el delirium tremens, el borracho falto de alcohol ve amenazantes bichos que lo rodean. Del mismo modo que el hecho de que uno sea paranoico no significa que no lo persigan, que uno vea bichos cuando no ha bebido no significa que los bichos no estén ahí. Para ocultar lo que eventualmente haya caído dentro, y que sólo lo descubras una vez hayas dado el irreversible trago, la cerveza belga Delirium tremens va dentro de una botella opaca. Y en la etiqueta aparecen unos animales cocidos. Por ahí desfilan unos elefantes:



y también unos cocodrilos, que al contrario que nosotros en este caso van a dos patas.

Es que en eso consiste beber a la belga:



Pero no todo va a ser beber a este lado del Mosela, hombre:



Nos ha encantado.

Los hombres y las costumbres varían según el país, pero el paradójico vino consigue ser universalista y desprendido incluso cuando no es generoso. Otorga su don enternecedor y sentimentalizante a todo el que alce la cabeza para dar un trago. Tiene el efecto de hacernos llorar lágrimas purificantes, y no debe uno mostrarse descreído o suspicaz consigo mismo si, cuando ha bebido, se echa sin remedio a llorar al recordar aparentemente sin razón algunos versos de Dylan Thomas o de Léon Bloy. No seamos desconfiados. Que uno esté borracho no significa que el motivo del llanto no lo merezca: los versos son buenos, la vida es terrible y esas no son lágrimas de cocodrilo. Esas son lágrimas del Jabalón.

miércoles, 17 de junio de 2009

Dos paquetes, cien

In my younger and more vulnerable days, cuando uno salía del metro de Ciudad Universitaria se encontraba con un señor bigotudo que, con un entusiasmo que los estudiantes de primero no conseguían conservar hasta el mes de diciembre, anunciaba a gritos su oferta:

¡Dos paquetessién!

Ofrecía, quien salió del metro lo sabe, dos paquetes de pañuelos de papel por cien pelas. Día tras día, como el tendero que más cómodamente bajo un techo y detrás de un mostrador repite su cantilena -maj cositas-, aquel tipo que se parecía un poco al sheriff de la Vía Láctea iba cantando su canción. En nuestra juventud nos ofrecían pañuelos y en nuestra decrepitud nos ofrecen rosas, qué extraño mensaje.

Pero del mismo modo que gallo que no canta algo tiene en la garganta, gallo que canta siempre lo mismo debe adulterar levemente las palabras mil veces repetidas. Y por eso se dice maj cositas, y por eso aquel hombre no decía dos paquetes, cien, sino dos paquetessién. La adulteración, si uno quiere ser comprendido y conocido por vender algo y no por su extravagancia, que viste mucho y hace el pie pequeño pero no necesariamente da de comer, la adulteración, decíamos, debe ser perceptible pero no perversora, y este ejemplo es bueno porque verdaderamente es difícil pronunciar θ después de S. Aprovechando -¡y agradeciendo!- el ínterín que nos dona la vida cuando acodados en la barra hemos rechazado ya las rosas del vendedor ambulante pero aún no nos han servido las dos cervezas y la racción de oreja a la plancha, probemos a pensar en alguna palabra difícil de pronunciar por contener la mencionada consecución. A mí personalmente, mejorando lo presente y sin que sirva de precedente, la que se me ocurre, quizá condicionada por la racción que espero, es EXCESO. Pero quizá lo que espero sea una reacción excesiva, porque uno siempre está esperando la bofetada.

En fin, basta de churriguerismos, pensar en el exceso y pensar en William Blake es todo uno, y como avisa Baudelaire, el artista aspira a la unidad:

The road of excess leads to the palace of wisdom

(El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría)

¿Podría volver atrás en mi discurso, podría volver a salir del metro aquel?:


lunes, 15 de junio de 2009

Aniversario de Carmen Bravo-Villasante

Acabo de leer por ahí que la óptica de la familia de Carmen Bravo-Villasante, uno de los más antiguos nombres que recuerdo en la portada de un libro y que resuena en mis oídos como Rosebud en los de otro, está en la calle del Príncipe, a pocos pasos de mi casa. Pues en ella he de comprar las gafas que necesite para leer cuando sea vieja.

martes, 9 de junio de 2009

Totò y sus compatriotas

Nos avisa Fedro, en sus horas extra, de que se ha restaurado el recuerdo de Totó. Esta es la quizá más hermosa que famosa, que lo es mucho, canción de la que habla el artículo de Enric González:




Esta es la escena de la carta:





Aquí otro bonito diálogo:




Y ya que nos hemos remangado, nos bebemos la botella entera: dos escenas más, una famosísima y otra no tanto, del cine italiano:






Un escritor para quitarse el sayo


Hoy, que es cuarenta de mayo, cumpliría 122 años Andrés García de la Barga, que nació el día del Corpus. Los de Bilbao nacen donde quieren y Corpus nació en Madrid el día que se celebraba la fiesta que luego iba a usar como seudónimo.

Más, a lo largo de la semana.

lunes, 1 de junio de 2009