Estaba en una librería echando un vistazo y de repente detecto algo que me desagrada. ¿Qué es esto? Un cambio de tipografía en los compactos de Anagrama. Lo han hecho en las ediciones de enero de 2009, y dan una sensación grimosa, como de logotipo penosamente copiado, como cuando uno relee un cuento que conoce y los personajes tienen otro dibujante. El falso Mickey Mouse. No me extrañaría que dentro hubiera faltas de ortografía, ni que faltara algún capítulo.
Como estoy obsesionada con la crisis y el carpetazo de Occidente, no he podido dejar de pensar que este cambio está relacionado con estos desplomes; puede que (el cambio)sea como una viuda cuya nueva ropa de luto no es más pobre, sólo menos alegre que la que solía llevar, porque la vida ya no puede ser como era antes; a lo mejor tiene más que ver con los sucedáneos con los que nos vamos a tener que conformar a partir de ahora, y ya que no nos podremos permitir lo auténtico, nuestros proveedores se han decidido a fabricar ellos mismos las falsificaciones que sustituirán sus auténticos productos.
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De todas formas, no te obsesiones tanto con el fin de Occidente, que los que lo llevan crudo de verdad son los chinos y tutti quanti que han vivido estos años de prestarnos sus ahorros para que les compremos sus cacharros a precio de saldo, y ahora se encuentran con un montón de mierda denominada en dólares y el consumo en caída libre.
ResponderEliminarCon lo que estoy obsesionada ahora es con que España se parece cada vez más a Albania (mejorando lo presente, sin ánimo de ofender, etcétera, tecétera).
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