Lo serio no es serio, decía don Enrique, y sus hijos se reían, y se levantaban de la mesa y le decían, papá, eso no puede ser, papá está loco, y se quedaban un poco desconcertados de que un señor tan mayor y con hijos no supiera todavía que las cosas no pueden ser a la vez su contrario.
lunes, 2 de junio de 2008
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Esos jóvenes nunca llegarán ni a dodos ni a lobos.
ResponderEliminarA veces uno al crecer se acaba pareciendo a sus padres.
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