miércoles, 25 de junio de 2008

À quoi ça sert la culture?

La cultura sirve para liberarse de las características culturales.

20 comentarios:

  1. Qué bonito blog. Y qué maravillosamente escrito. Lleno de perplejidades y delicadezas del espíritu. También de una tristeza lúcida y lacónica que se disfraza de ironía. Enhorabuena

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  3. ... delicadezas del espíritu tan afiladas como el alma de nuestro cuchillo, commendatore. Es grato llegar a una taberna de agradable conversación y en la que Roma se mezcla con simpáticos malandrines, borrachuzas y perros de presa. Volveré por aquí. ¡Tengo un candil!

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  4. Commendatore, muchas gracias. No sé qué decir, me sorprende que haya Vd. visto todo eso.

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  5. Y, Sr. Tunante, a ver qué encuentra con su candil.

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  6. Le sorprende que haya visto todo eso... Su comentario nos devuelve a la eterna discusión sobre naturaleza de las cosas. Lo que vemos en las cosas, ¿está dentro de ellas o es nuestra percepción personal la que les añade eso que en ellas vemos? Hay un poema de Coleridge en el que el poeta inglés canta el paisaje sublime. Años después, unos mastuerzos escribieron un manual de literatura que se estudiaba en las escuelas inglesas, en el que, al comentar el texto de Coleridge, se le corregía, con ese paternalismo fatuo de los pedagogos, diciendo: "Naturalmente, sublime no es el paisaje, sino el sentimiento del poeta, que al mirarlo lo torna sublime". Este comentario mereció una respuesta enojada de C. S. Lewis, en el que reivindicaba la belleza que está dentro de las cosas. Me disculpara que me adhiera al dictamen de Coleridge y Lewis, antes que al de los mastuerzos pedagógicos, y le reitere que su escritura es una delicia de penetración, estupor e ironía. Prometo seguir frecuentándolo.

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  7. No utilizo el candil para encontar nada, especies! JA, JA, JA, JA!!! Qué ocurrencia!! Ni siquiera lo utilizo para ver!
    ... Y hablando de belleza, ¿qué tienen que decirme en cuanto a la horrura (desusadas acepciones 3,4 y 5 del diccionario)? ¿Pertenece la horrura a las cosas, o al sentimiento del hombre, que, al mezclarse con ellas (en sí mismas hermosas, como hemos acordado) las torna despreciables? Commendatore... especies...

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  8. por cierto y por añadidura, volviendo al tema (de refilón; eso sí): ¿la belleza sirve para librarnos de las características de la belleza???

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  9. ¡Oiga, tunante, la belleza no tiene características!

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  10. Commendatore, qué detalle tan interesante que los que defienden la belleza en la naturaleza de las cosas, y no en el que mira, sean precisamente Coleridge y C.S. Lewis, y no los mastuerzos.

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  11. Es usted sagaz, especies.
    Ahora me voy, pero antes, permítame una última pregunta: ¿la ha contemplado usted? La belleza, me refiero; no esta cosa bella o esa otra que también lo es o ninguna de cualesquiera lo sean; la belleza, ¿la ha contemplado? ¿Ha ido usted y ha vuelto... ¿Es usted ya Muerte y las pasiones cuelgan de su capa como cintas de tuno? Lo se, lo se, parecerían tres preguntas, sin embargo, las dos finales simplemente iluminan.
    A ustedes que les gustan tanto las letras, les diré sólo una cosa: palíndromos.
    Y ahora me voy. Mi candil lo reclama. Despídame de commendatore.
    Y sí, sí... seguramente ésta sea una buena taberna.

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  12. Se equivoca. Es una provocación y dos destellos. Ni una pregunta.

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  13. Bueno, pues entonces he entrado al trapo de la provocación, y los dos destellos me han cegado.

    En cuanto a la horrura, la acepción que más me ha gustado ha sido la segunda de las que ofrece el diccionario.

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  14. todas estas cosas se arreglan mordiendo, dijo el murmullo del viento; y se refería, al parecer, a la aburrida divagación de un viajero ya distante a quien le sobran palabras; por lo visto, todas. Y que sólo pensaba en un apetecible cuello blanco.

    ¡Toma cultura! Se rió más tarde. Al escupir los huesecillos y relamerse de gusto mientras ella, aún más viva; asentía en silencio.

    Aah... el murmullo del viento.

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  15. Hola, Vega:

    Bonita imagen la del chulo tunante escupiendo los huesecillos. Pero ahora dice que se retira.

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  16. commendatore, la verdadera naturaleza de las cosas no está ni en ellas mismas, puro mito social, ni en nuestra percepción personal, puro prejuicio individual: está en el espacio intermedio lleno de un horror parecido al sosiego.
    especies, yo siempre tiendo a pensar que la fealdad está en los objetos y la belleza en mi mirada; .....¿o era al revés?

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  17. Amigo Anthisio, creo que la naturaleza de las cosas, está en las cosas mismas. En nuestra mirada es donde está la fealdad y la belleza. Tenemos esa doble naturaleza que nos hace ser bondadosos y crueles y nos hace ver las cosas de diferente manera según el momento.
    ESPECIES, este es un blog muy estimulante. Salud para todos.

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  18. Anthisio, por eso Velázquez pintaba "el aire que hay entre las cosas", igual que Godard lo rodaba. De lo otro no tengo ni idea.

    Anónimo, gracias.

    Os escribo sin la foto de la mano porque se me han perdido las llaves del blog.

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  19. especies, la belleza a veces sí tiene características. Por ejemplo: el crujiente caparazón de los crustáceos crudos.

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