No sé si tiene mucho que ver (aunque en el cotolengo las mayores incoherencias adquieren su sentido) pero se me ocurrió comprobar si alguna vez Huston y Capucine coincidieron y, en efecto, lo hicieron en este horror crepuscular de artes marciales , en la santa compaña de presencias tan variopintas como Luis Prendes, Simón Andreu, Joseph Wiseman (el maquiavélico hombre-hiena de VIVA ZAPATA!), Woody Strode (el fibroso afroamericano de EL SARGENTO NEGRO y HASTA QUE LLEGO SU HORA) o Christopher Lee (en una de sus raras apariciones diurnas, sin lucimiento de colmillar). Si lo pensamos, esta conjunción de iconos "bárbaros" en una peli semejante está plena de dionisíaca melancolía y, obviamente, no podía por menos que incentivar en Huston su deseo de rodar la epopeya etílica de Lowry (o de suicidarse, claro: optó por lo mejor, el rodaje de BAJO EL VOLCAN). La que sí acabo quitándose de en medio (en el 90) fue Capucine, supongo que un poco harta de deambular cada vez más fantasmal por episodios de SE HA ESCRITO UN CRIMEN, secuelas de LA PANTERA ROSA, thrillers eróticos italianos (donde compartió casting con... ¡Sabrina Salerno! -esto sólo ya puede inducir al suicidio a quien, alguna vez, trabajó con Mankiewicz en la deliciosa MUJERES EN VENECIA, o fue divinamente hostiada por la Stanwick en LA GATA NEGRA, o apareció en LAS CRUELES, uno de los escasos títulos soportables de Vicente Aranda, devenido con el felipismo en el cineasta áulico del PSOE-).
Y, mecachis, me he olvidado de la que tal vez fuese su película más memorable, EL SEPTIMO AMANECER (con el siempre estupendo William Holden y esa criatura tan mórbida y tomatosa llamada Suzannah York). Dramón tropical que recogía el testigo de MOGAMBO, LA SENDA DE LOS ELEFANTES o CUANDO RUGE LA MARABUNTA.
Pregunten a sus madres y/o abuelas: EL SEPTIMO AMANECER dio por un momento pátina de divinidad a Capucine como venus turbia y plena de oscuridades. Realmente, no se merecía acabar cerca de los prosaicos melones de Sabrina Salerno.
Si alguien conoce algún Academico le mande el link de cottolengo.org, cuyo lema es "entrate a cuore aperto, vi entreremo nel cuore" (entrad con el corazón abierto, os entraremos en el corazón).
Si es que está la cosa muy mal vista. la cosa de la caridad,digo.
ResponderEliminarA lo mejor es que es el cotolengo el que alberga la Academia.
ResponderEliminarOye, respecto a lo de ayer, alguien ha llegado hoy a mi blog buscando matematica q es un longa ridmo. ¿Qué te parece?
ResponderEliminarQue tienes mucha suerte de encontrarte con cosas así.
ResponderEliminarY sí, la Academia es un poco un cotolengo.
ResponderEliminarNo sé si tiene mucho que ver (aunque en el cotolengo las mayores incoherencias adquieren su sentido) pero se me ocurrió comprobar si alguna vez Huston y Capucine coincidieron y, en efecto, lo hicieron en este horror crepuscular de artes marciales , en la santa compaña de presencias tan variopintas como Luis Prendes, Simón Andreu, Joseph Wiseman (el maquiavélico hombre-hiena de VIVA ZAPATA!), Woody Strode (el fibroso afroamericano de EL SARGENTO NEGRO y HASTA QUE LLEGO SU HORA) o Christopher Lee (en una de sus raras apariciones diurnas, sin lucimiento de colmillar). Si lo pensamos, esta conjunción de iconos "bárbaros" en una peli semejante está plena de dionisíaca melancolía y, obviamente, no podía por menos que incentivar en Huston su deseo de rodar la epopeya etílica de Lowry (o de suicidarse, claro: optó por lo mejor, el rodaje de BAJO EL VOLCAN). La que sí acabo quitándose de en medio (en el 90) fue Capucine, supongo que un poco harta de deambular cada vez más fantasmal por episodios de SE HA ESCRITO UN CRIMEN, secuelas de LA PANTERA ROSA, thrillers eróticos italianos (donde compartió casting con... ¡Sabrina Salerno! -esto sólo ya puede inducir al suicidio a quien, alguna vez, trabajó con Mankiewicz en la deliciosa MUJERES EN VENECIA, o fue divinamente hostiada por la Stanwick en LA GATA NEGRA, o apareció en LAS CRUELES, uno de los escasos títulos soportables de Vicente Aranda, devenido con el felipismo en el cineasta áulico del PSOE-).
ResponderEliminarY, mecachis, me he olvidado de la que tal vez fuese su película más memorable, EL SEPTIMO AMANECER (con el siempre estupendo William Holden y esa criatura tan mórbida y tomatosa llamada Suzannah York). Dramón tropical que recogía el testigo de MOGAMBO, LA SENDA DE LOS ELEFANTES o CUANDO RUGE LA MARABUNTA.
ResponderEliminarPregunten a sus madres y/o abuelas: EL SEPTIMO AMANECER dio por un momento pátina de divinidad a Capucine como venus turbia y plena de oscuridades. Realmente, no se merecía acabar cerca de los prosaicos melones de Sabrina Salerno.
Si alguien conoce algún Academico le mande el link de cottolengo.org, cuyo lema es "entrate a cuore aperto, vi entreremo nel cuore" (entrad con el corazón abierto, os entraremos en el corazón).
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