Fíjese usted que no fue a la vuelta a casa, sino antes de salir cuando eché la pota anoche. Luego me pasé el dorso de la mano por los morros para retirar cualquier vestigio que pudiera incomodar a mis contemporáneos y tan cívica y contenta bajé la populosa calle de las Huertas para comprobar si era verdad lo que había oído sobre la difícil situación en la que nos encontramos. Todos los bares estaban a reventar, mis compatriotas y otros hermanos humanos bebían cañas con desafuero, lo que tanto podría querer decir que tienen dinero a mansalva como que están en la más absoluta desesperación, pero todo el mundo se reía mucho.
En fin, basta de deducciones, detén tu trotarina mente. De los bares que menos gente tenían, entramos en el menos inhóspito, porque el que vive en un país en recesión se acostumbra a restar o porque menos más menos da más. Mientras le daba un sorbo a la caña eché un vistazo al pizarrín de racciones. Calamares, ensaladilla rusa, nosequé empanao... Pero lo último que ofrecían era lo más estrambótico que me ha sido dado pedir en un bar en mi vida (más que hormigas en el árbol):
VERBENA DE PULGAS
¡¿Qué?!
No pude evitar relacionar este plato de reminiscencias posguerriles -tanto por el recurso de comer insectos como por la modalidad de esparcimiento que han elegido los mismos para olvidar sus problemas, que también los tendrán- con la situación económica de mi país, pero quizá fue la cerveza.
¿Pero quién actúa en la verbena de las pulgas?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A mí me suena directamente a algo vivido por Céline (quien dice Céline -cómo no- dice Baroja) en su juventud entre freaks desharrapados. O podría ser un título de cuadro solanesco.
ResponderEliminarPero no explicas en qué consistía el manjar...
No me llegaba el dinero para pedir aquello...
ResponderEliminarNo sabes cómo te agradezco que salgas vomitada de casa antes de pasear por mi barrio. Ojalá cunda tu ejemplo. Aunque entre el garrafón y estos "nuevos platos" es inevitable que cada mañana amanezca con algún regalito a la puerta de casa.
ResponderEliminarBueno, faltaría más. Hay que luchar contra la suciedad urbana, cada uno con los medios que tiene a su alcance.
ResponderEliminarVeo que has colgado "autorretrato" en la cabecera del blog. Aunque yo, insisto, te veo más como esta señora .
ResponderEliminarPues claro, yo siempre he oido que uno tiene que salir de casa "llorao, meao y por supuesto vomitao".
ResponderEliminarLo intimo, de puertas pa dentro.
Gracias por la comparación, inclinada a mi favor, claro.
ResponderEliminarA lo mejor actúa Rita Pavone.
ResponderEliminar¿Por qué Rita Pavone?
ResponderEliminarLo de la pavone será por el tamaño pulga.
ResponderEliminarYo por mi parte, le aseguro a usted que en cuanto recobre mi paga gracias al denuedo de nuestro gobierno, tendré mucho gusto en invitar a su persona a una degustación de verbena de pulgas regada por cuantas cañas se precisen para tan extraña ingesta.
Creo que también es famosa la pulga Ramona, que salta y baila como una mona.
ResponderEliminarAte inane breva, la verbena nieta.
ResponderEliminarAdiposa, glups. Pulgas o pida.
ResponderEliminarAy adiposa, glups. Pulgas o pida ya.
ResponderEliminarSí, sí, pida ya que si no nos cascan las pulgas o una inane breva de tapa.
ResponderEliminarQué palindromía.
Por dios, Especies, ¡¡díganos dónde está ese bar para gastarnos allí la pensión!! El circo y la zarzuela nunca se entendieron tan bien
ResponderEliminarNo sé qué pensión será esa. Pues no te lo digo, no haberte cambiado de barrio, darling. ¡Haberte quedado en este arroyo!
ResponderEliminarAl leer esto del arroyo, de pronto he sentido la necesidad imperiosa de buscar el significado de "abroñigal" y me he quedado con las ganas: en el diccionario de la RAE no viene y la palabra nos remite a algo, como robledal, humedal, chaparral, etc. Siempre, de manera automática, por el parecido, lo asociaba con boñigas y me imaginaba dicho arroyo como algo de lo más fétido. ¿Qué querrá decir "abroñigal"?: ahora no me puedo quitar este comecome de la cabeza.
ResponderEliminarcreo que habría que seguir el rastro de la palabra ´abrojo´. Es una planta común en terrenos baldíos y es problable que ´abroñigal´sea una variante de ´abrojinal´, tal como ´arraijanal´ lo sea de ´arrayanal´: lugar de abrojos, lugar de arrayanes. salud
EliminarLos anglosajones llaman "Flea market" al mercadillo de toda la vida. Será por las pulgas que coges si te pones encima un abrigo usao de esos que allí venden.
ResponderEliminarSimpático perro pulgoso, Ben. Es verdad, los franceses también tienen el marché aux puces y los italianos el mercato delle pulci. Aventuro que en España se usa menos porque el Rastro, en Madrid, se lo ha comido todo, y en Barcelona los Encantes, supongo.
ResponderEliminarAbroñigal es sobre lo que nosotros vivimos, ¡horror!
ResponderEliminarLos alemanes también tienen buenas/malas pulgas y las venden en el Flohmarkt. Madre mía, acabo de encontrar una galería del homo flohmaticus en acción.
ResponderEliminarPor cierto, qué bonita la lámina de las pulgas y qué bonito eso de "racciones", que suena a raciones fraccionadas, o sea, raciones que salen por Huertas elegantísimas con su frac, que no hay que confundir con las otras raciones fraccionadas: ¡media de bravas!
Hablando del arroyo, a mí me subyuga que exista en Madrid un barrio llamado Arroyoculebro.
ResponderEliminarAhora que lo pienso ¡qué buen lugar para abrir un bar de pulgas!
Al pasar el cursor por el enlace que has puesto me salía un cuadradito con la palabra "marica". He tardado un poco en darme cuenta de que era el traductor ese que la ha puesto como sinónimo de "homo". En fin. Pero cómo son las fotos. ¿Comprará alguien algo? Sí, para venderlo a su vez en su puesto, el de al lado.
ResponderEliminarTodo esto me recuerda a mi peli preferida, Zazie en el metro, que tiene una secuencia en el Mercado de las Pulgas.
Y lo de las racciones, sí, tiene gracia la palabra dicha así por temor a no resultar fino. Ahora en muchos sitios han vuelto a ofrecer medias raciones, y con esto enlazamos con otro de mis temas preferidos, que es la crisis.
Sí, M, pero ¡qué mal lugar para pedirse una tapa!
ResponderEliminarEl póster lo saqué de esta página.
ResponderEliminar"Abroñigal es sobre lo que nosotros vivimos, ¡horror!"
ResponderEliminarVivimos sobre ello, sí, pero seguimos sin saber su significado.
Jopeta, cómo suena esto de intenso, a aforismo de Heidegger, lo menos.
La nueva ilustración de cabecera ¿tiene algo que ver con Africa? (¿es un salakoff eso que veo?). Siguiendo con tu trip Huston, espero que no pretendas irte a la sabana a matar un elefante y que te acabe encarnando Clint Eastwood (me parecería ya too much).
ResponderEliminarMejor las pulgas. Son molestas pero menos peligrosas, mientras no traigan la peste bubónica, claro.
Sigo con lo de "abroñigal" en la mente. Más tarde o más temprano lo he de averiguar: si tu quimera son los palíndromos, la mía son las etimologías (cuando me da por buscarle el adn a un vocablo, que se quite Grissom o el equipo de la dra Brennan).
Prefiero enfrentarme a un mamífero que a un insecto, en general. Pues esa foto es de una catarata en las proximidades del Kilimanjaro, o sea que sí es bastante hustoniana. Y que de mí hiciese Clint Eastwood sería ya la confirmación de que hay que entregarse a la extravagancia de este mundo con los ojos cerrados y habiendo tirado las llaves de la sensatez por la alcantarilla.
ResponderEliminarNo te puedo ayudar con lo del abroñigal, aunque mis vagas pesquisas me han llevado a dar con la bonita y hasta hoy para mí desconocida playa de Broña.
Parece playa norteña y foto con pátina, cuando las playas todavía eran habitables.
ResponderEliminarBueno, voy a seguir buscando "broñigas".
Eso de "basta de deducciones, detén tu trotarina mente" recuerda al simpático Richman cantando "la mia mente corre veloce".
ResponderEliminaracabo de ver en el telediario que un ejercito de pulgas ha invadido un colegio en Guadalajara.
ResponderEliminar¿Serán las pulgas de la verbena y del circo?
Ay, ay, ay
Qué asco, macho. Pues no me extrañaría. Primero van a la verbena a despedirse de sus mujeres y luego parten en formación hacia la conquista del colegio guadalajareño. Por cierto, ¿Guadalajara (España) o Guadalajara (México)?
ResponderEliminarAhora, los niños estarán encantados de no tener que ir al colegio por unos días, hasta que lo fumiguen.
Lo de "Basta de deducciones, detén tu trotarina mente": Ay, Jonathan, al que hace mucho que no escucho y del que no conviene alejarse demasiado.
ResponderEliminarMa io dico Basta! alla mente...
Nos lo explica todo fenomenal, el tío.
Tetsuo en castellano y Corcobado en alemán: "perrostoken perrostoken".
ResponderEliminarSiempre me ha alucinado (para bien, claro) eso de cantar una letra ignorando el ritmo de la música, me provoca ternura, me hace reír y me enseña a desencorsetarme.
Un aprendizaje muy bien traído cuando estábamos hablando de Jonathan Richman, precisamente, que enseña mucho a desencorsetarse.
ResponderEliminarAbroñigal. Deformación de un núcleo de población del siglo XII “Valnegral” o “Val del Nogueral” cuyo nombre evolucionó a “Breñigal” y después “Abroñigal” (según Julio Reyes Rubio, "Getafe y villas colindantes"). Y que daría nombre al arroyo. Lo he buscado en libros que tengo de toponimia y demás, porque pensé en un origen o mozárabe o islámico del nombre (como los otros arroyos(Mearques y Butarque) pero sólo he dado con ésto en "internés".
ResponderEliminarYa puedo dormir tranquilo. Esto de buscar broñigas era más arduo y cansino que perseguir al trifinus melancolicus en los años 20 del siglo pasado.
ResponderEliminar