Cuando oigo el nombre de
Archer Milton Huntington echo mano al pañuelo, o a la manga de la camisa si el día toca mísero y el bolsillo desfondao.
Húbote aquí un anglosajón que se solucionó la adolescencia pensando en España y Portugal, y con el dinero que le quedó tras los viajes levantó en Nueva York la Hispanic Society. Podía habérselo gastado en cócteles, pero se lo gastó en
encargarle a Sorolla el apuntalamiento de un país que seguramente no existía ni existe, como todo lo demás. Gracias a Huntington y a
Jorge Bonsor se empezó a excavar en la provincia de Sevilla, y aunque no tengo ni idea de si es más respetuoso con el pasado utilizar como botijo las ánforas romanas que encontramos al arar o al darle una patada a una piedra al acordarnos de algo que hemos hecho mal, o entregarlas al museo del pueblo para que les pongan una cartela, no puede dejar de emocionarme el entusiasmo y el cuidado con que imagino acompañaron el hallazgo y transporte hasta Ellis Island de todas las piezas que iban apareciendo en Carmona y en los otros pueblos, mientras las cigarreras se dedicaban a posar para la
Visión de España.
* * *
Luego vino este:
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Aún peor: también vino Hemingway. Gracias a él, todos los años cornean a un anglosajón en Pamplona.
ResponderEliminarBueno, Otis, para mí Hemingway está del lado de Huntington y Welles. Unos tíos cuyo apasionamiento por un país es a su vez apasionante.
ResponderEliminar...mientras que Ian Gibson es tonto.
ResponderEliminarNo digo yo que no fuera apasionado y no sea apasionante, pero lo suyo con España siempre me resultó pelín folclórico.
ResponderEliminarSí, sí, y los cuadrazos esos de Sorolla también lo son. Pero hay algo de verdad en ellos, incluso en Merimée y esas cosas, a la que no se puede acercar un tío que dice "que Lorca sería un activista ecologista".
ResponderEliminarPues yo creo que Gibson el dipsómano tiene razón. Y he ahí el drama.
ResponderEliminar¿Tiene razón en que Lorca hubiera sido tal o cual cosa? No sé, pero sobre todo, ¿qué interés tiene eso, y el resto de las cosas que parece que dijo -el borrachín-?
ResponderEliminarTiene razón en que Lorca hoy sería, estocásticamente hablando, un blank slater y un pelmazo propalestino. No hay más que leer "Thamar y Amnón".
ResponderEliminarPero a un mamarracho como Gibson le parecerá bien y todo. (Es que no me he leído el enlace, me da grima y prefiero opinar a lo grueso, que es la única manera de opinar).
especies, gracias por su mirada interpuesta, que nos ahorra frecuentar loa ateneos, los viajes culturales y hasta las universidades de verano.
ResponderEliminarYo, que por pasión soy un europeo periférico, espero con impaciencia sus entradas, para amar el mundo a través de sus interposiciones.
!Qué remedio¡
Le recomiendo para los días de ánimo desencontrado y bolsillos semidesenfondados un buen vino de oporto, otro amor de anglosajones interpuestos.
Pobre Lorca, sin poder puntualizar las opiniones de los interpuestos arribistas.
Pero, anthisio, ¿europeo periférico de los Urales o del Cabo de San Vicente?
ResponderEliminarespecies, europeo por azar y periférico por pasión
ResponderEliminarComo interpuesto es Domecq, el que está en manos de Orson Welles.
ResponderEliminarClaro, sam benito, podemos interponernos por el esófago una botella de oporto o una de cream, por generosidad de los bodegueros inglesazos.
ResponderEliminarRespecto a Gibson, esta sodomización póstuma de su perfil a la que viene sometiendo a FGL (sodomización para más inri, no por imperativo sádicoanal -que permitiría un cierto juego mórbido-, sino por mero e impersonal mercantilismo), no sé yo si al interfecto le habría gustado.
ResponderEliminarCreo que no, pues, a diferencia de Blasco Ibáñez, Lorca era más hedonista que plutólatra y las razones del comercio nunca las entendió muy bien.
Contemplo la pícara sonrisa de OW brindando por dinero y por amor a lo que anuncia (la única publicidad digna -por contraste, esa inefable mueca de tedio que nos brinda el Bill Murray de LOST IN TRANSLATION en su parodia del OW modelo publicitario, precisamente, desde el NO ES ESTO, NO ES ESTO-) y lo asocio con la entrada anteriormente comentada sobre los viajes.
ResponderEliminarOrson viajero, cuya patria acabó siendo este país nuestro, al que valoró con una lujuria que sólo otros foráneos (la mítica Ava, sin ir más lejos) y algún autóctono (mejor aún, autóctono transterrado) han podido igualar.
Gibson turista, renegado de todo, de su Irlanda natal, de esta España con la que mantiene una relación más de proxenetismo que de matrimonio (la misma que tienen los de aquí que lo han encumbrado y vuelto lectura obligada para educar a la ciudadanía en toda clase de correcciones políticas y papillas de "pensamiento" predigerido).
Es verdad, es que a Orson Welles le encanta lo que está anunciando, más que un anuncio es un retrato del tío, un retrato guay porque te dan muchas ganas de vivir en su idea del mundo.
ResponderEliminarAcuérdate de su lema para su estilo de cine, MAS GRANDE QUE LA VIDA. Y así fue su vida, menesterosa y grandiosa a un tiempo, la antítesis de lo extreñido.
ResponderEliminarNo sé si conoces un tocho de Tusquets, ORSON WELLES, de una tocaya tuya apellidada Leaming.
Voy a probar tu truco:
aquí
Es la primera vez que lo uso. Ahora me siento mejor, más realizado, después de lo de ayer.
No lo conocía, pero tiene muy buena pinta. Me haría falta una enfermedad más larga para hincarle el diente, eso sí. Es que Orson Welles es como el Goethe del siglo XX, con una personalidad tan completa y tan variada, desmesurado y delicado.
ResponderEliminarY el megagordo más sexy que ha existido jamás. Una obesidad poderosa, volcánica, la antítesis del Nerón de QUO VADIS. Una especie de Odín pasado de banquetes en el Walhalla (oh, espero que esta frase no concite furias de nadie -bueno, lo ideal de estos antichats en hilos de entradas viejunas es que no hay interferencias, es como conversar en el trianon de un jardín recoleto y olvidado-).
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